Si hablamos de emociones, lo primero que tenemos que hacer es distinguir entre dos tipos:
● Emociones primarias.
● Emociones secundarias .
Las emociones primarias son provocadas por estímulos externos a nuestros sentidos. Cuando dichos estímulos llegan a nuestro cerebro, concretamente a la amígdala- área en la que se valoran las emociones, entonces se crea un estado corporal que se corresponde con el sentimiento que se haya provocado. Se llama emociones primarias a las que tenemos de nacimiento, como p.ej. el temor, la rabia o la alegría. Las reacciones corporales a dichas emociones primarias se las conoce como representaciones disposicionales innatas.
Las emociones secundarias, sin embargo, no son innatas, sino que se crean por procesos de pensamientos, que a su vez son debidos a imágenes, valga la redundancia, imaginarias. Las imágenes que se crean dependerán de las experiencias emocionales que se grabaron en la amígdala durante nuestra infancia. También éstas ocasionarán un estado corporal correspondiente a la percibida emoción. Entre las emociones secundarias se encuentran por ejemplo la timidez, los celos o la envidia.
Las emociones, las percibimos de forma consciente sólo cuando nuestro sistema nervioso autónomo, es decir, la parte del sistema nervioso sobre el cual nuestro cerebro no tiene un control voluntario, manda una respuesta al cerebro del cambio que se ha producido en el estado de nuestro cuerpo.
Tanto en el caso de las emociones primarias, como de las secundarias, de lo que se trata al fin y al cabo es de la transmisión entre procesos racionales conscientes y procesos irracionales inconscientes.
Uno de los más conocidos científicos de neurociencia en el ámbito de las emociones es Antonio Damasio. Él descubrió, entre otras cosas, que el córtex prefrontal está fuertemente conectado con la amígdala, el lugar donde se valoran las emociones. Si el córtex prefrontal sufriera algún daño, no sería posible la toma de decisiones.
Su conclusión fue la siguiente: Para tomar decisiones racionales son imprescindibles las emociones.
Entonces, si las decisiones no pueden tomarse sin las emociones y las emociones son determinadas o bien por nacimiento o bien por experiencias grabadas en nuestro cerebro, ¿quién decide en realidad?